viernes, 10 de octubre de 2014

El thriller español se reivindica (Crítica 'La isla mínima')

En ocasiones el cine español es capaz de deshacerse de los clichés y los prejuicios. En ocasiones la buena fotografía envuelve una brillante historia y unas actuaciones soberbias. Cuando esto ocurre la factura de la película es sobresaliente.

Y esto es lo que ocurre con 'La isla mínima' (Alberto Rodriguez, España, 2014). Raúl Arévalo y Javier Gutierrez son una pareja tan dispar como resolutiva y violenta. Un dúo que se compenetra a la perfección y que hace creíble el turbio ambiente que respira la película. 
Arévalo y Gutierrez demuestran su talento interpretativo formando una gran pareja en la pantalla grande

Un thriller que nos lleva a la Andalucia profunda de 1980. Una historia del asesinato de dos jóvenes. Una investigación por parte de una pareja de detectives llegados desde Madrid para averiguar algo en un hermético pueblo. 

El director se apoya en una fantástica fotografía con una paleta de colores ocres y cielo nublado. Un paisaje triste, agobiante. Un escenario ideal para esconder mentiras, trapicheos de droga y pederastia. Con un soberbio guión, Arévalo y Gutierrez llenan de matices un pasado lleno de secretos que se muestra en forma de violencia sobre todo en la figura de Juan -con un Javier Gutierrez mostrando una más que sólida candidatura a los Goya-. 

Gutierrez -secundario de lujo del cine español- muestra su mejor interpretación en 'La isla mínima'.

Aunque anterior a la fantástica serie de HBO, True Detective, es difícil no comparar escenarios e historias. Dos detectives con su propio pasado, un pueblo y mucho hermetismo. Las comparaciones son odiosas, pero la buena factura del film hace que la relación exista y que los posos de la serie de Pizzoliatto renazcan al ver el film de Rodriguez. 

Un gran empresario, el chico guapo, los narcotraficantes, la familia destrozada y dos detectives con el objetivo de llegar hasta el final. Todos los ingredientes existen, pero además están muy bien contados. Sin duda uno de los mejores thillers de los últimos años en el cine español. Una historia redonda y bien resuelta y un dúo de actores en estado de gracia.

LA(s) ESCENA(s): La peculiar forma de interrogatorio del personaje de Javier Gutierrez a 'el guapo' en el coche.
ATENTOS A... La persecución de coches bajo un diluvio

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