miércoles, 3 de junio de 2015

Vivir más y pensar menos (Crítica 'Nuestro último verano en Escocia')

Los productores siguen buscando la fórmula secreta que hizo que 'Pequeña Miss Sunshine' (2006) se convirtiese en un éxito partiendo como una road movie independiente .

La receta parece simple. Unos niños risueños y cómicos delante de cámara, una familia disfuncional y unos buenos gags con una tragicomedia como telón de fondo. 

Muchas han dicho ser herederas de ese fantástico (y entrañable) film, pero ninguna me lo ha recordado tanto como 'Nuestro último verano en Escocia' (Andy Hamilton y Guy Jenkin, Reino Unido, 2014). Sí. Puede que sea la misma fórmula, pero sabe distinto. Sabe más a costumbrismo, a conversación pausada y a ceremonia. 


La nueva cinta del tándem formado por Andy Hamiton y Guy Jekin nos lleva a las tierras altas de Escocia. Al cumpleaños del abuelo. 

Un viaje para olvidar problemas y quedar bien delante de la familia. La típica reunión a la que nadie quiere ir y que promete ser tan aburrida como la anterior. O peor. 

Anfitriones orgullosos, viejas redencillas... eso ya lo hemos visto. Y muchas veces. Aquí es donde llega el factor diferencial: los niños. 

Un fantástico trío de jóvenes actores que roban todos los planos donde aparecen. La hermana mayor, reservada y maniática, no entiende como funciona el mundo adulto y teme convertirse en una persona hipócrita y mentirosa.  El segundo hermano es un pillo, amante de la cultura nórdica y devorador de documentales, que se basta de su imaginación para hacer desaparecer la monotonía. Y la pequeña... bueno la pequeña es seguramente uno de los mayores descubrimientos de interpretación natural que he visto en un niño en mucho tiempo. Un delicia. 

Con un guión bien cerrado y las tablas de actores de la talla de Billy Connolly (fantástico como anciano libertario), David Tennant y Rosemund Pike, la historia fluye rozando el drama para terminar siendo una tragicomedia con regusto buenrollista gracias al buen hacer de los infantes. 


Los directores plantean una filosofía de vida -la del abuelo- con humor negro disfrazado de la broma más inocente y bienintencionada y mostrando la celebración de la vida a los niños con el argumento de que tarde o temprano cada uno encuentra su camino y que quién debe cambiar es el mundo que nos rodea. 

Una cinta simpática donde los parajes de Escocia se funden con la naturalidad de la interpretación de los niños. Una buena medicina para el bochorno que hace en la calle y una muestra de como realizar una comedia fresca donde los clichés están bien medidos y la lágrima fácil es abatida por gags acertados.

Una buena historia donde las antípodas generacionales se fusionan cuando la experiencia quiere convertirse en inocencia con los años y la niñez busca nuevas vivencias.

LA(s) ESCENA(s): Las declaraciones del pequeño Mickey (Bobby Smalldridge) a la prensa
ATENTOS A... Harriet Turnbull. Robaplanos. 



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